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La caza de brujas, "somos las nietas de las que no pudisteis quemar"

Paula María, 06/03/21

Quema de brujas. Fuente: Shutterstock


La caza de brujas fue un fenómeno histórico surgido, principalmente, en Europa Central y Estados Unidos durante los siglos XV y XVII. Consistía en la persecución a personas, sobre todo mujeres, por practicar brujería, dejando así alrededor de 60.000 asesinatos. Como brujería entendemos actos rechazados por las autoridades religiosas, como el hecho de que las mujeres ejercieran la medicina, la elaboración de medicamentos, la magia y adivinación, incluso conductas sexuales no aceptadas.


El concepto de bruja aparece a partir de la crisis económica, social y cultural que provocaron la Peste Negra y la crisis religiosa, que interpuso a los católicos y protestantes, en el siglo XIV. De hecho, fue en este momento cuando se empezó a relacionar a Satanás, rey de los infiernos, con las brujas y brujos, la hechicería y la magia: herejes, personas que renunciaban a Dios y tenían tratos con el Demonio; pues, en el siglo XII solo se asociaban a la magia blanca con su capacidad de curación y adivinación.


Según la sociedad, los hombres brujos eran capaces de derrotar al demonio, por lo que se les tenía temor. No obstante, las mujeres, quienes fueron la mayoría de las personas perseguidas, eran, supuestamente, el objetivo principal de Satanás, ya que tenían una acción servilista y no reflexionaban ante la voluntad del rey de los infiernos, actuaban sin pensar. Por ello, solo un 20% de los perseguidos fueron hombres y, aún así, la mayoría de ellos no por ejercer la magia sino por tener una “bruja” cerca. Ellas eran pecadoras por tener un pacto con el Diablo.


No todos los acusados fueron mujeres, pero sí es cierto que la gran mayoría, además de que estas eran consideradas más cercanas al pecado y más receptivas a la influencia del Demonio, hablando en términos de la religión católica. El concepto de bruja tenía un fuerte carácter misógino.


Las mujeres perseguidas en Europa eran viejas, poco atractivas y pobres, en sí, consideradas un estorbo para la sociedad. Además, según la escritora, profesora y activista feminista Silvia Federici, estas, en gran parte, eran mujeres con tierras y, por tanto, una amenaza, ya que se querían privatizar. Pues, es necesario entender que todo este fenómeno sucedió entre la Edad Media y la Edad Moderna, antes de la transición capitalista.


Como hemos dicho: curanderas, herbalistas, prostitutas, mujeres que ejercían su libertad sexual, que dejaban de estar con sus maridos, etc. Todas eran mujeres rebeldes, reivindicativas y que pretendían ser libres. En concreto, las sanadoras eran consideradas muy poderosas cara la sociedad, ya que podían tanto cuidar, como producir mucho dolor, incluso la muerte. Por ello, se las empezó a considerar sospechosas de brujería y sirvientas del demonio. Muchas de ellas eran analfabetas, por lo que no podían defenderse en los juicios, incluso se autoinculpaban y se delataban entre ellas por las torturas que recibían. Destacaron los métodos crueles de Alemania.


Sin embargo, no solo las mujeres mayores y pobres eran ejecutadas. Incluso las pertenecientes al clero, jóvenes y ricas, eran acusadas, por ejemplo, por haber rechazado a un hombre.


Por otro lado, en España destaca el caso de Zugarramurdi (Navarra), donde se inculparon a 53 personas por Akelarre (reuniones de brujas); algunas de ellas fueron quemadas, otras encarceladas y otras liberadas. Estas últimas eran torturadas por la Inquisición con castigos crueles.


Estados Unidos también destaca respecto a la crueldad debido a la extrema religión puritana en las colonias. En Nueva Inglaterra, durante el siglo XVII, se realizaron 150 acusaciones, de las cuales 29 se convirtieron en juicios. Unas fueron ahorcadas y otras murieron en la cárcel.


Carlos V (Francia) ilegalizó la brujería, el aborto y la anticoncepción; Martín Lutero (Alemania) quería “matar a todas las brujas”; Juan Calvino (Francia) quería exterminarlas; y William Perkins (Inglaterra) tenía la voluntad de eliminar solo a las buenas. Realmente, la caza de brujas parece una excusa para poder eliminar a las mujeres que “atentaban” contra la tradicionalidad. Pues, como hemos explicado anteriormente, la Peste Negra ya había acabado con un tercio de la población europea y, por tanto, no era “conveniente” promover las ideas de anticoncepción o aborto.


Tampoco era muy buena idea para todos ellos que las mujeres fueran libres, que pensaran, que curaran, que gestionaran las tierras, que decidieran si tener o no tener hijos, que pudieran pensar en divorciarse, que fueran independientes, que rechazaran a los hombres, que tuvieran una milésima parte del poder. No solo es que la historia no las nombre, sino que las intentaron eliminar por completo durante siglos. Por ello, hoy decimos: somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar.

Dibujo de @tresvoltesrebel Fuente: Amazon.es


Bibliografía


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