Paula María, 06/02/21
Fotografía extraída de la fuente: 123RF
La virginidad es un estado en el que algo se mantiene intacto desde su origen. Exactamente se refiere, desde una perspectiva religiosa, a no haber mantenido relaciones sexuales.
Este concepto es una construcción social que sirve para controlar sexualmente a las niñas y mujeres, no es una realidad médica. Tal y como dice la Organización Mundial de la Salud, la virginidad es una forma dañina de discriminación de género. Además, las pruebas de virginidad son una violación de los derechos humanos de las mujeres que les conllevan consecuencias físicas y mentales graves, según las Naciones Unidas.
Para entender este concepto hay que tener en cuenta la realidad patriarcal de las mujeres: la mujer es dependiente, no tiene decisión propia y es vista como un objeto, y su sexualidad debe ser controlada y perteneciente al hombre. Pues, ¿Qué define que seas o dejes de ser “virgen”? Haber realizado la penetración. Es decir, en su origen, este concepto se refiere al acto sexual tradicional entre un hombre y una mujer, a un acto exclusivamente de penetración.
A parte de que no contempla las prácticas no heterosexuales, significa un compromiso contigo misma de “mantenerse pura” y con un hombre para que tenga el placer de ser “el elegido”. En sí, se trata de mantener el himen intacto, que, por cierto, se puede romper en otras prácticas como introducirse un tampón, los dedos, un juguete sexual o hacer deporte.
Tal y como explicaba la filósofa Simone de Beauvoir en El Segundo Sexo (1949), “tomar la flor” de una mujer es destruir su virginidad. Narra la leyenda de un caballero “que abre un camino difícil entre los arbustos espinosos para cortar una rosa cuyo aroma nadie aspiró; no solo la descubre, sino que quiebra su tallo y así es como la conquista”. Si la mujer es “desflorada” quiere decir que ha perdido esa flor y que ahora le pertenece al caballero.
La autora también habla de la diferencia entre la mujer joven y la adulta o anciana. Si una mujer es “virgen” y mayor, es rechazada por no haber sido “objeto de deseo” para ningún hombre anteriormente. Si una mujer no es “virgen” y es considerada “demasiado joven” para ello, será una “cualquiera”.
El cumplimiento de la virginidad conlleva a destruir las sexualidades y libertad sexual de las mujeres: nos dicen cuándo, cómo y con quién debemos mantener relaciones para ser más o menos “válidas”. De hecho, hay religiones y sociedades que aun realizan los test de virginidad, una violación de los derechos de la mujer.
Ponemos el ejemplo que cuenta UNAF (Unión Nacional de Asociaciones Familiares), en Marruecos sigue siendo habitual la exigencia de certificados de virginidad antes del matrimonio. Además, tal y como añade Soumaya Naamane, Doctora en Sociología y profesora de la Universidad Hassan II de Casablanca, es importante la cantidad de sangrado de la mujer a la hora de la relación sexual, pues, cuanto más sangrado expulsa, más virgen era. Así, la masculinidad de su esposo, crece. Destacamos que Francia prohibió este tipo de certificados en 2020
Además, se crea un problema social que conlleva al ‘complejo de virginidad femenina’, que forma parte de muchas culturas del mundo. Según este, la virginidad femenina significa fidelidad y bondad, por lo que “debe ser preservada por las mujeres y preferida por los hombres” (Wang, Ho, 2011). A partir de aquí nace de lo que hablábamos anteriormente: el concepto de “mujer fácil” si lo ha hecho “demasiado” y “demasiado temprano”, o de “monja” si decide no haberlo hecho “aún”.
Las mujeres sufren de manera más relevante el peso del concepto de virginidad, con la rotura del himen, la tradición machista y la sociedad patriarcal; se nos educa sexualmente en el tabú, el miedo y la limitación. Nunca se le da importancia a su placer y su libertad de elección, sino al control de esta en su “correcto y debido uso”. No obstante, también existe presión para los hombres a la hora de mantener relaciones, ya que reafirma su masculinidad y estatus privilegiado cara el patriarcado. De hecho, según El País, un estudio publicado en Journal of Adolescence, muestra que los hombres que ya han mantenido relaciones sexuales tienen una autoestima más alta que los que no lo han hecho.
El concepto de virginidad choca directamente con la idea de diversidad y libertad sexual, y sigue una serie de patrones misóginos que afectan a las niñas y mujeres en su independencia, además de a toda la población en el concepto de las relaciones y las mujeres. Es necesario que tanto estas prácticas denigrantes como en sí el término desaparezcan, pues es una construcción patriarcal que implica el control de la sexualidad femenina y la anulación de su placer. Se está entendiendo de esta forma que la “virginidad” de la mujer no es privada, sino que pertenece a toda la comunidad que dictamina las normas con las que tiene que actuar.
Bibliografía:
Colaboradores de Wikipedia. (2021, febrero 2). Virginidad. Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Virginidad
Sierra, Y. P. (2016, 7 enero). Tomar la flor. puntadas subversivas. https://puntadassubversivas.wordpress.com/2014/05/24/desfloraciones/
Plusieurs organismes des Nations Unies appellent à l’interdiction des tests de virginité. (2018, 17 octubre). Who.int. https://www.who.int/fr/news/item/17-10-2018-united-nations-agencies-call-for-ban-on-virginity-testing
Ayuso, S. (2020, 6 octubre). Francia declara la guerra a los certificados de virginidad. El País. https://elpais.com/internacional/2020-10-05/francia-declara-la-guerra-a-los-certificados-de-virginidad.html
G. (2018b, octubre 26). “El mandato patriarcal de la virginidad tiene graves consecuencias sobre la salud de las mujeres en todas las culturas”. UNAF. https://unaf.org/el-mandato-patriarcal-de-la-virginidad-tiene-graves-consecuencias-sobre-la-salud-de-las-mujeres-en-todas-las-culturas/
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