Laura Ferri 26/12/2020
Para introducir el tema de las diferentes orientaciones sexuales representadas en la pantalla, cabe destacar tres cuestiones:
Las personas cuya orientación sexual es la heterosexual no han sufrido ningún tipo de discriminación en ningún momento de la historia, en cambio las personas que conforman la comunidad LGTBIA sí.
Las siglas LGTBIA hacen referencia tanto a un colectivo como a un movimiento de reivindicación política, cuyas siglas significan: Lesbianas-Gays-Bisexuales-Transgénero-Intersexuales-Asexuales. Bien es cierto que ser transgénero e intersexual no es una orientación sexual sino una cuestión de identidad de género, pero forman parte de un colectivo y como tal, deben aparecer ya que luchan por combatir la desigualdad generada.
Al principio del siglo XX un grupo de médicos, sexólogos y antropólogos comenzaron a proponer un nuevo enfoque sobre la sexualidad de las personas, dando paso a que se empezara a tratar la diversidad en cuanto a prácticas sexuales. De aquí, nació lo que se conoce hoy en día como el concepto de diversidad sexual, el cual hace referencia a la existencia de múltiples tipos de expresiones sexuales y amorosas, normalizando y reconociendo la libertad sexual y de qué manera y con quién quiere estar una persona, tanto en la forma amorosa como en la sexual.
La homosexualidad, como el resto de las orientaciones sexuales está vigente en el cine desde tiempos inmemorables. Bien es cierto que al inicio de que la homosexualidad se empezara a palpar en el panorama cinematográfico era de una forma más grotesca que actualmente, ya que no había tanta libertad como la hay actualmente a la hora de tratar la diversidad sexual como se ha ido diciendo anteriormente.
A lo largo de la historia del cine ha habido una considerable evolución en la forma de enfocar a las lesbianas, gays, bisexuales y asexuales siendo estos últimos los que menos representación tienen.
Los personajes homosexuales y bisexuales al inicio del cine entre 1912 a 1930, se trataba o bien a los hombres como personas afeminadas para burlarse de ellos mientras actúan hiperbólicamente, o bien a las mujeres se les hipersexualizaba. Poco a poco se fue tratando la homosexualidad de una forma más abierta y explícita
hasta que se creó el Código Hays, el cual tenía la función de censurar las películas y/o escenas que contuvieran contenido homosexual. Tras esto, muchos directores siguieron tratando en sus películas la homosexualidad y la bisexualidad, aunque durante el tiempo que estuvo vigente este código tuvieron que hacerlo de forma inteligente, es decir, encubrir este tipo de contenido con metáforas o dejando al entendimiento del espectador.
Al inicio de la década de los 1960 los realizadores, cansados de las limitaciones, comenzaron a rodar películas que claramente trataban sobre lesbianas y gays, pero siempre bajo el prototipo que debía acompañar a estos personajes: llevando una vida atormentada que culminara con un final trágico, bien a través de una muerte violenta o bien suicidándose.
A partir de los años 70, se empezaron a rodar películas que rompían totalmente con lo que se venía rodando hasta el momento: el final trágico.
Al inicio de la década de 1990, se creó una nueva corriente cinematográfica denominada New Queer Cinema.
Esta corriente desafió tanto al cine como a los activistas LGTBIA quienes, después de haber estado luchando durante décadas por los estereotipos negativos que el cine daba a los gays y lesbianas, comenzaban a pedir que las películas dieran una buena imagen a estas personas. Los metrajes que propulsaron el movimiento Queer cinematográfico fueron, por ejemplo, Mala Noche de Gus Van Sant estrenada en 1985, la cual muestra una relación entre un hombre homosexual y dos jóvenes mexicanos.
También se han filmado películas Queer de comedia, sin la carga dramática que solían estar caracterizadas las películas que obtenían la característica LGTBIA. Además de películas de terror como The Fearless Vampire Killers de Roman Polanski de 1967. Esta película es una comedia negra en la que su protagonista es perseguido por un vampiro homosexual desquiciado.
En cuanto al cine español relacionado con la temática LGTBIA, se ha tratado en todos los géneros, desde todos los puntos de vista, con normalidad y tolerante. Existen películas con todo tipo de tramas. Desde las dramáticas, películas morbosas de la época del destape, comedias, amor adolescente e incluso de terror.
Hay que añadir un factor importante y es que, en España, la homosexualidad masculina ha estado más presente que el lesbianismo o la bisexualidad, pero ha habido producciones híbridas, es decir, producciones en las que se ha enseñado tanto la homosexualidad masculina, como femenina, como la bisexualidad. Sin embargo, teniendo en cuenta la dictadura en la que España se vio sumida durante 40 años, motivó que buena parte de las producciones cinematográficas de temática LGBT se dieran lugar a partir de los años 70, aunque bien es cierto que durante la dictadura la homosexualidad se trató de una forma sutil puesto que existía la censura cinematográfica. La película Amor de hombre de Yolanda García Serrano y Juan Luis Iborra de 1997, es una película de comedia agridulce que narra la historia de una mujer que se asocia con hombres homosexuales y bisexuales.
En cuanto a las primeras películas con escenas homosexuales, bisexuales y asexuales se encuentran las siguientes: La primera película con personajes gays se puede considerar que fue Algie the Miner de 1912, puesto que cuenta las aventuras de un minero llamado Algie el cual consigue besar a los cowboys que supuestamente eran hombres “de verdad” y que solo besaban a mujeres. Tras este filme, llegó Anders als die Andernk (Diferente a los demás) proyectada en Alemania en 1919.
En lo relativo a las mujeres homosexuales, durante la época de 1930 una película que trata el lesbianimo fue La reina Cristina de Suecia en la que se mostraba una gran amistad muy cercana que unía a la monarca con una de sus sirvientas. Otra película muy famosa y aclamada por la crítica en la que aparece una mujer lesbiana es Rebeca de Alfred Hitcock en 1940.
Durante 1930 en la película Marruecos aparece la protagonista vestida con un esmoquin de hombre en un club nocturno y es aplaudida por todos los asistentes cuando da un beso en la boca a otra mujer. Cabe añadir que en dicha película la protagonista es bisexual y no lo oculta en ningún momento de la cinta al igual que lo es la actriz que la interpreta.
En cuanto a la representación de la asexualidad en el cine, lo cierto es que es limitada y normalmente suelen ser suposiciones que se hacen de personajes. En la película Withnail and I, de 1987 dirigida por Bruce Robinson, termina con Withanil, el protagonista, diciendo “El hombre no me deleita, no, ni las mujeres, ni las mujeres."
Asimismo, en la película Amelie, dirigida por Jean-Pierre Jeunet, del año 2001, muchos consideran que Amelie podría ser asexual por la forma que tiene de actuar ante el sexo.
Me ha encantado. La verdad es que desconocía toda esta información y estoy deseando ver las películas que nombrais