Eva Martín, 19/04/21
Desde hace tiempo se cree que las mujeres no se interesan por los videojuegos, ya que la sociedad nos ha inculcado desde niños que todas debemos estar interesadas por la moda, maquillaje, formación de una familia, estética, jugar con muñecas, y un largo etcétera de falsas creencias machistas. Sin embargo, cada vez más y más mujeres se unen al terreno gamer, aunque no es nada fácil para nosotras.
Cada vez que una mujer se sienta a jugar a un videojuego, sobre todo los que son en línea, se enfrenta a un mundo en el que se la discrimina y cosifica por el simple hecho de ser una mujer que juega a videojuegos. Esta discriminación se puede dar tanto positiva, como negativamente, es decir, el exceso de atención y regalos o el menosprecio son dos formas de discriminación totalmente diferentes, pero igual de malas.
El acoso hacia las jugadoras ha llegado tan lejos que, algunas de ellas, para sentirse más protegidas, recurren al uso de nombres y fotos masculinas, e incluso distorsionadores de voz para que no se sepa que son chicas. Todo esto convierte a las mujeres en víctimas de sí mismas, es decir, creen que son culpables de ese acoso, y por eso juegan con la cabeza agachada ocultando su identidad. Por este motivo, muchas mujeres hemos aprendido a asimilar que «así son las cosas», y no, no debemos aceptar el convertirnos en víctimas del machismo, debemos destruir esa discriminación en los videojuegos y en cualquier ámbito.
Por otra parte, las mujeres también podemos crear nuestros propios “espacios seguros”. Un ejemplo de esto es el evento Gaming Ladies, una iniciativa de 2017 destinada a promover la visibilización femenina en los videojuegos. Sin embargo, la idea de que fuera solo para ellas despertó la furia de muchos hombres que decidieron amenazar al personal, por lo que la seguridad de las asistentes peligraba y decidieron cancelarla. Este es uno de los muchos ejemplos de cómo las jugadoras se ven amenazadas por los hombres, porque no pueden sentirse protegidas ni en los propios “espacios seguros” y, yendo más allá, porque tienen que crear estos espacios para alejarse de los hombres y poder jugar tranquilas.
Alejándonos del acoso, también existe la sexualización y sumisión de las mujeres aunque no sea de forma directa hacia las jugadoras, sino que va dirigida a los personajes. Sin embargo, debido a que cada vez más mujeres deciden estudiar Diseño y Desarrollo de Videojuegos — u otros estudios que engloban este campo —, la representación y el rol de las mujeres se ha visto transformada: la figura femenina cada vez es más relevante, luchadora, empoderada y valiente, cada vez más alejada de los estereotipos que la industria del videojuego lleva vendiéndonos años. Por ello debemos dar gracias a desarrolladoras como Carol Shaw, Dona Bailey, Roberta Williams, Jade Raymond, o Laura Shigihara entre muchas otras.
Durante mucho tiempo se ha fomentado el tópico de las 4S en los personajes femeninos, es decir, secundarias, salvadas, sumisas y sexualizadas, como por ejemplo las clásicas Peach y Zelda, Ivy (Soul Calibur), las mujeres del Overwatch y de League of Legends, Cortana (Halo), o Juliet Starling (Lollipop Chainsaw).
En cambio, hay otras muchas que han cambiado totalmente la visión de la figura femenina: Samus Aran, la primera protagonista femenina en un videojuego de aventura, Lara Croft, protagonista de Tomb Raider, Ellie de The Last of Us, con quien podemos ver una gran evolución de fuerza emocional. También Max y Chloe de Life Is Strange, Tracer en Overwatch, Aloy en Zero Dawn, Illaoi en League of Legends, y Kassandra, el primer personaje femenino que se adueña de la saga Assassin 's Creed.
Sin duda, la sexualización y sumisión a la que nos habían expuesto los hombres se está viniendo abajo, pero aún queda mucho por caminar, siguen habiendo cuerpos irreales, ropa que no cubre al personaje y actitudes pasivas que poco a poco debemos erradicar.
Y si llegados a este punto tu pensamiento principal es: «es que los personajes masculinos también están sexualizados», debo decirte que estás muy equivocado, ya que esta creencia viene del hecho de que algunos de ellos tienen músculos muy desarrollados y enseñan el torso o parte de su cuerpo, como por ejemplo Kratos de God of War que, por llevar el pecho musculoso al descubierto no está siendo sexualizado, sino todo lo contrario, buscan que el jugador quiera ser como él, que le haga sentir poderoso y fuerte. En el caso de las mujeres es totalmente diferente, ellas llevan menos ropa y no es para lucir sus músculos, sino para que sea más llamativa para el público que juega, por ejemplo: Miss Fortune de League of Legends.
Retornando de nuevo a nuestro mundo y dejando a los personajes de lado, las jugadoras piden paso en el terreno de los eSports: ¿Cuántas jugadoras profesionales conocemos comparadas con jugadores? Personalmente, como jugadora que soy desde hace años, siempre se me han llenado los oídos con nombres masculinos y equipos formados íntegramente por hombres, pero nunca había oído hablar de ninguna mujer hasta que me puse a buscarlo por mi propio pie.
La poca presencia femenina se debe a que el ciberacoso y el machismo hacen que muchas de ellas decidan no intentarlo por miedo a la críticas. Además, no solo es infravalorada a nivel verbal, sino que también lo es a nivel económico. EsportsBets realizó un estudio en el que se comparaba a los 500 mejores profesionales de la industria, mientras ellos ganaban 360.000 euros de media, ellas poco más de 2.600, una diferencia abismal.
Aun así, las cosas están comenzando a cambiar y hay muchas mujeres que son capaces de poner un megáfono en la industria femenina del videojuego: Miss Harvey, cinco veces campeona del mundial de Counter Strike, Ricki Ortiz, profesional de Street Fighter, o nombres que resuenan como el de Aidy García, iRene Sánchez, Laura “Arya” Molina , y streamers como Paracetamor, Anne Munition o Jen Flag.
Miss Harvey, cinco veces campeona mundial del Counter.
El mundo de los videojuegos está cambiando, como he dicho: cada vez son más mujeres las que se unen, tanto jugadoras, como desarrolladoras, algo que es muy positivo para que se nos visibilice y que, ojalá, algún día se nos trate como a iguales y no se nos infravalore por el hecho de ser mujeres.
A continuación os dejo los resultados de una pequeña encuesta que hice sobre los videojuegos en la que trataba todos los temas de los que he hablado en este artículo:
Bibliografía
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