Paula María, 19/02/21
Hace unas semanas hubo una polémica en redes sociales por la promoción de las apuestas deportivas por parte de algunos influencers. Estos personajes públicos realizaron publicidad encubierta de estas haciendo ver a sus seguidores que, de forma totalmente libre y sin especificar que era una colaboración pagada, es una buena forma de ganar dinero fácil.
En primer lugar, decir que toda publicidad debe especificarse como tal, pues los anunciantes, en este caso los influencers, que cobran mayormente de las colaboraciones con marcas, tienen la obligación legal de detallar que se trata de un contenido promocional. No obstante, estas personas realizaron la promoción sin especificarlo y, además, intentando hacer creer a sus seguidores que se trataba de una “experiencia personal” y, por tanto, recomendación.
Es muy cantosa la forma en la que han actuado, ya que todos y cada uno de ellos lo han realizado de la misma manera: un cuadro de “preguntas y respuestas” en Instagram, la misma pregunta a todos en referencia a cuánto cobran y la misma respuesta con las mismas palabras, las mismas capturas, etc. Es decir, se preguntaban a ellos mismos subiendo una única captura todos y explicando la “fácil y maravillosa” manera de ganar dinero. Además, no solo eso, sino que animaban a los seguidores y seguidoras a participar en la estafa entrando en el canal de Telegram a través del que se realizaba todo esto. (Capturas extraídas de la cuenta de Twitter de @soyuncharizard)
Quiero hacer hincapié en diversas cosas. Primeramente, ¿Por qué estas personas son conocidas? Pues bien, la mayoría de ellos son concursantes o exconcursantes de programas como La isla de las tentaciones. Además, también tenemos a Marina Yers, una chica con 1.6 millones de seguidores en Instagram que se dedica a grabar vídeos para redes haciendo “humor”, sobre todo. Esta última ha sido más escuchada en los últimos meses debido a una serie de afirmaciones un tanto polémicas. Entre otras, quiero destacar su vídeo diciendo que la Covid-19 no existe y que ponerse o no la mascarilla es cosa suya.
Ya no solo hablando de estas personas que realizaron la publicidad encubierta de las apuestas (lo cual me parece muy irresponsable por no hacerlo de forma legal y, además, por estar promocionando algo que puede llegar a ser muy dañino: la adicción al juego), sino hablando en general de todos los influencers, creo que es importante tener en cuenta la INFLUENCIA que se tiene y la RESPONSABILIDAD que esto conlleva.
Estas personas, generalmente, son conocidas por mostrar su vida. Simplemente eso. Son creadores de contenido y la mayor parte del contenido es vida privada. Y, no olvidemos que, muchas de las cosas que vemos en redes no son tan reales como parecen, incluso pueden ser totalmente ficticias. Más allá de estar a favor o en contra de que deban, o no, ser reconocidos por mostrar su vida cotidiana, quiero recalcar las consecuencias que puede tener un comportamiento irresponsable por su parte.
La visibilidad que tienen, independientemente del motivo por el que la tienen, comporta una responsabilidad, sobre todo por la gran cantidad de seguidores que poseen y también por la sociedad en la que vivimos. Pues, esconderse bajo el argumento de “yo no vengo aquí a enseñar nada a nadie, no soy moralista” es demostrar que no se tiene ni idea del mundo en el que estamos: hoy en día, es muy fácil inculcar a través de redes sociales. Tenemos una doble vida, y la virtual es mucho más nociva de lo que creemos; sobre todo porque es tremendamente sencillo engañar.
Lo verdaderamente peligroso es esto. El mundo ha cambiado y sí, los jóvenes, y no tan jóvenes, aprenden de las redes sociales. Ahora ya crecemos en este entorno y aprendemos a tener esa doble vida, la real y la virtual, ya ni se cuestiona. Por lo que, también deberíamos aprender a usar todo esto y controlar la situación para que no sea perjudicial. ¿A quiénes elegimos como referentes? ¿De verdad estas personas merecen ser tan conocidas? ¿Qué valores nos están transmitiendo?
Es necesaria la conciencia de cómo puede afectar a alguien recibir “X” mensajes, aunque sean visuales a través de fotografías. Al fin y al cabo son relatos, y los relatos conforman la sociedad en la que vivimos. Aunque nos parezca imposible muchas veces, sí, afecta a la autoestima que Instagram esté repleto de perfección y postureo. Nos enseñan que es eso a lo que debemos aspirar: “si ellos tienen tantos seguidores haciendo eso, voy a hacerlo yo también”. Es cierto que es importante tener este pensamiento crítico para saber a quién apoyar o no, pero debemos entender que un niño o niña de 12 años no puede valorarlo y muchas veces alguien de 18 tampoco.
Como decíamos, los discursos actuales son sobre todo visuales y esto cala mucho más que cualquier discurso escrito que pretende persuadirte de forma directa. Estos, aunque no lleven explícitamente una intencionalidad de convencer (muchas veces sí), son mucho más potentes en la mente del espectador (seguidores, en este caso) y transmiten valores implícitos (que es lo peor) que calan en todos nosotros.
Finalmente, respecto al tema Covid-19, pues, el discurso negacionista no es solo parte de la voz de Marina Yers. Influencers juntos sin mascarilla, viajes de un sitio a otro sin medidas, “me voy a Madrid a grabar” pero luego te muestro en un vlog en Youtube que he quedado con mis amigos madrileños sin mascarilla y he dormido en su casa... ¿Seguro que viajas por trabajo?
Sin entrar en si cobrar por grabar Tik Toks es más o menos lícito, porque al final la nueva era se trata de ello, pienso que la mayoría se aprovecha de este “nuevo trabajo” para hacer vida social sin medidas. TODO está permitido en el mundo de las redes sociales y se perdona todo (discursos misóginos, tránsfobos, homófobos, racistas, negacionistas…) porque “tío, vale, pero hace gracia”. Esto es muy peligroso, ya no solo por la falta de regulación y límites que creo que hay, sino por, como hemos dicho, la gran influencia que tienen estas personas. Sus seguidores serán capaces de defenderlos, en muchos casos, hagan lo que hagan.
Bajo mi criterio, tenemos que adaptarnos a la nueva era tecnológica y me parece estupendo desarrollar esta parte virtual, ya que nos puede aportar mucho. Por lo contrario, también puede darnos cosas tremendamente negativas y, desgraciadamente, es mucho más fácil encontrarlas que las positivas. Está muy bien que se pueda crear contenido y tener un trabajo de ello, pero, reflexionemos: ¿A quiénes estamos haciendo referentes? Les estamos otorgando poder. ¿De verdad lo merecen?
Recalcar que, obviamente, no todos son de la misma condición (a pesar de que los que sí lo son hacen mucho más ruido) y, por ello, os recomiendo ver el vídeo de Malbert (@itsmalbert) sobre la polémica con las apuestas deportivas https://www.youtube.com/watch?v=yTnEpOjyCc8, ya que lo explica muy claro y con su tono característico que lo hace ameno; y, leer el artículo que escribí sobre los complejos y redes sociales, muy relacionado con todo esto: https://veuvermella.wixsite.com/veuvermella/post/complejos-y-redes-sociales.
BIBLIOGRAFÍA
- Mestres, M. (2021, 8 febrero). Así es cómo varios ‘influencers’ intentan estafar a sus seguidores mediante las apuestas deportivas. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/cribeo/viral/20210208/6231359/asi-como-influencers-intentan-estafar-seguidores-mediante-apuestas-deportivas.html
- País, E. E. (2021, 10 febrero). «Acabé con 1.040€ en una sola tarde»: los “influencers” y la publicidad encubierta de apuestas en Instagram. Verne. https://verne.elpais.com/verne/2021/02/09/articulo/1612866902_370972.html
- Malbert. (2021, 9 febrero). ¡Vergonzoso! INFLUMIERDERS promocionan APUESTAS😡 *PILLADOS* | MALBERT. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=yTnEpOjyCc8
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